sábado, 14 de noviembre de 2009

EL AMOR POR UN HIJO NO TIENE LIMITES


Esta es una increíble historia de amor y superación personal. Un claro ejemplo de que no hay nada que una persona no pueda hacer con la dosis suficiente de motivación.

El Equipo Hoyt son un padre (Dick Hoyt de 65 años) e hijo (Rick Hoyt, nacido en 1962 en Massachusetts) que compiten juntos en maratones, triatlones y otros desafíos físicos. Rick tiene parálisis cerebral (por falta de oxígeno en el parto: anoxia). Dick lo lleva en una silla especial acoplada al frente de su bicicleta, lo arrastra en un bote especial cuando nadan y lo empuja en una silla de ruedas adaptada cuando corren.
Cuando Dick y su mujer se enteraron de que Rick tenía una discapacidad física, tomaron la determinación de criarlo de la manera más “normal” posible. En cinco años, Rick tuvo dos hermanos menores, y los Hoyt estaban convencidos de que Rick era tan inteligente como sus hermanos (evidentemente, tener una discapacidad motórica no implica tener discapacidad intelectual). Dick recuerda su lucha para hacer que las autoridades de la escuela local lo entendieran: “Como no podía hablar, pensaron que no sería capaz de entender, pero eso no era cierto”. Estos padres dedicados le enseñaron a Rick el alfabeto. “Siempre quisimos incluir a Rick en todo, por eso quisimos que fuese a la escuela pública”.
Rick empezó a poder comunicarse gracias a un tablero de comunicación electrónico: Un cursor se movía por una pantalla llena de filas de letras, y cuando el cursor alumbraba la letra que Rick quería, apretaba un conmutador con la parte lateral de su cabeza. Su primera palabra “hablada” fue: “Vamos Bruins” (Los Boston Bruins de NHL de Hockey, su equipo) y así descubrieron que le gustaba mucho el deporte.
En 1975, con 13 años, Rick fue finalmente admitido en una escuela pública. Dos años después, le dijo a su padre que quería participar en una carrera benéfica de 5 millas que pretendía obtener ingresos que se iban a donar a un jugador de Lacrosse (deporte muy popular en USA) local que se había quedado paralítico en un accidente. Dick, quien definitivamente no era un corredor de distancias, aceptó empujar a Rick en su silla de ruedas. Terminaron la carrera al lado del último, pero sintieron que habían logrado un triunfo. Esa noche, Dick recuerda: “Rick nos dijo que no se había sentido como un discapacitado mientras competía”.
Cuando comenzaron a participar, se encontraron con muchas dificultades, pero la actitud cambió cuando participaron en la Maratón de Boston en 1981, y la terminaron. ”Nadie quería a Rick en una carrera de caminos. Todos nos miraban, nadie nos hablaba, nadie quería tener nada que ver con nosotros. Pero no los culpaba, la gente normalmente no es educada, y nunca habían visto a nadie como nosotros. Sin embargo, con el paso del tiempo, se dieron cuenta de que era una persona como cualquier otra. Además, él tiene un gran sentido del humor”.


Hasta enero de 2008, el Equipo Hoyt ha participado en un total de 958 eventos:
-224 Triatlones
-6 Triatlones Ironman
-5 Media Triatlon Ironman
-20 Duatlones
-65 Maratones (25 Maratones de Boston)
-818,6 Carreras de milla
-81 Medias Maratón


De todas las pruebas, sin duda la más dura es el Ironman, la disciplina más dura de este deporte y seguramente la competición deportiva más exigente del mundo. En el caso del Equipo Hoyt, padre e hijo deben asumir esta supercompetición con sus limitaciones físicas. Primero, tienen que recorrer a nado en aguas abiertas una distancia de 3,8 kilómetros, en este caso Dick nada y tira de un “bote”, donde va Rick, que lleva atado a la cintura. Una vez fuera del agua, deben emprender la carrera en bicicleta (Dick ha adaptado su máquina para poder situar a su primogénito sentado justo delante del manillar). La distancia es de 180 kilómetros, una buena etapa del Tour de Francia con 50 kilos extra, casi nada. Seguramente llevarán más de doce horas de actividad física después de concluir el “paseo” en bici, y para terminar les espera una maratón, sí, 42,195 kilómetros de recorrido a pie. En este caso Dick corre empujando la silla de ruedas en la que permanece Rick. ¡¡Impresionante!!.
Otros logros de Dick, además de los deportivos, incluyen su ingreso en la Universidad de Boston, donde se graduó en 1993 con un título en educación especial.
Rick ahora trabaja en el laboratorio tecnológico de la escuela de Boston ayudando a desarrollar un sistema llamado “Ojos de Águila” mediante el cual objetos mecánicos (como una silla de ruedas) podrán ser controlados por una persona con discapacidad motórica mediante el movimiento de sus ojos.


Éste es un claro ejemplo de superación personal, padre e hijo han roto límites, barreras, estereotipos...es digno de admirar. No os perdais el video, es impresionante...


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